Puede que sorprenda saber que el famoso compromiso de calidad total japonesa nació, en parte, gracias al apoyo directo de los Estados Unidos. Fue en los años posteriores a la segunda guerra mundial durante la reconstrucción del país cuando la industria japonesa había quedado muy tocada y estaba inmersa en una fuerte crisis. Por iniciativa de la Unión Japonesa de Científicos e Ingenieros se puso en marcha un programa de entrenamiento por el reputado profesor estadounidense experto en procesos y calidad W. Edwards Deming. El programa tuvo tanto éxito en Japón que se creó un premio a las empresas que demostraran mayor calidad (premio Deming, hoy referente mundial).
Deming tuvo la visión de convertir a Japón en líder mundial de calidad al integrar su modelo racional/específico (pensamiento occidental) en la singular cultura de la interconexión y la interacción influenciable (pensamiento oriental) del país. Enseñó a los japoneses sus famosos 14 puntos que fueron la base conceptual de la transformación de la industria americana y que son aplicables a empresas de cualquier tamaño. Estos 14 puntos están sustentados en una creencia básica sobre el concepto de calidad no como un conjunto de objetivos a alcanzar de un producto sino más cómo una cultura de mejora ilimitado más allá de lo esperado por el cliente. Su aplicación continua en el tiempo permite optimizar recursos, bajar costes y cautivar al mercado hasta el punto de llegar a compensarle esperar en una lista y pagar más por su producto rompiendo así con las teorías económicas dominantes.
Empezó a aplicarse de manera habitual como herramienta común en todas las reuniones de trabajo de directivos japoneses. El modelo de mejora continua en el mundo empresarial tiene una gran aceptación y hablaremos de él en otra publicación, vamos a centrarnos aquí en su aplicación en el desarrollo personal o profesional.
“kaizen” es el término japonés que podríamos traducir como Mejora Continua. No tiene traducción literal básicamente porque en la cultura occidental no existía hasta hace muy poco esta filosofía “Kaizen”. Los nipones lo usan habitualmente en el terreno profesional pero también en su vida diaria, es común para ellos preguntar sobre cómo va el kaizen de producción, el kaizen de ventas, o el kaizen de tus relaciones personales. La búsqueda de la Mejora Continua forma parte de su cultura, los nipones tienen la profunda creencia de que las pequeñas mejoras diarias llevan a grandes progresos difíciles de imaginar al principio del proceso.
Un gran defensor occidental del Kaizen y cuya filosofía ha ayudado a extender es Anthony Robbins. Este coach, referente en ayudar a alcanzar grandes metas acompañando a personalidades relevantes de la política, el deporte o los negocios ha adaptado la técnica del kaizen como herramienta de trabajo para sus clientes y en propias palabras “como parte integral de su compromiso personal de mejora constante e ilimitada”. Para ello ha creado una técnica sencilla que consiste en hacerse tres preguntas al final del día:
Para terminar te presento mis propias “10 preguntas matutinas” que me formulo diariamente, esto me ayuda a enfocar la atención en lo importante y me da consciencia y perspectiva a la vez que me permite avanzar con paso lento pero firme hacia mis metas de mejora:
Reconozco que no todos los días me las pregunto todas, hay días que ninguna, pero en ello estoy.
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