Primer post de una serie donde veremos como el liderazgo esculpe diariamente la cultura de la empresa, determina la atracción y retención del talento y condiciona la fluidez y el enfoque a resultados de los equipos de trabajo.
Como responsables de un departamento o de una empresa u organización, a menudo nos preguntamos ¿Qué puedo hacer para sacar lo mejor de mi equipo? ¿qué tengo que cambiar en mi empresa para que mi equipo esté motivado y dé lo mejor?
No es una respuesta fácil y dependiendo del momento de tu empresa, de su historia, expectativas de mercado, perfiles del equipo de dirección, etc. podemos tener las más diversas respuestas, no todas igual de efectivas.
Sin embargo, hay algo que siempre, siempre funciona: INCREMENTAR TU CAPACIDAD DE INFLUENCIA. Cómo líder “oficial” tienes el mayor poder de cambio en las personas con las que interaccionas en tu grupo de trabajo. Esta capacidad de cambio o poder percibido por las personas de tu entorno puede ser un arma de doble filo que usándola adecuadamente ayudará a sacar lo mejor de tu equipo.
Mejorar las capacidades y competencias del líder influyente permite implementar los proyectos de transformación que tu empresa necesita, llevando a la organización a una cultura enfocada al cambio y la excelencia.
La principal herramienta del líder competente es por tanto su capacidad natural de influencia. Pero ¿cómo puedo aumentar mi capacidad de influencia en mi empresa o departamento? ¿qué competencias tengo que desarrollar?
Si quieres conocer en detalle nuestro programa específico de “Desarrollo de habilidades de liderazgo para la mejora” pulsa aquí, pero si quieres empezar hoy mismo por tu propia cuenta sigue leyendo.
Se trata de una técnica que incluye seis pasos probados y que se basan en los principios básicos de funcionamiento del cerebro. Yesid Barrera como académico y Tony Robbins como coach dominan con excelente maestría. Partimos de unos principios básicos:
1º Cambiar un hábito no es lo mismo que generarlo.
2º Acciones de trabajo y acciones habituales se ejecutan en distintas partes del cerebro. Repetir las acciones de trabajo las convierte en acciones habituales. Al cerebro le encanta ahorrar energía y por tanto prioriza aquello que no nos cuesta hacer. Mientras tú haces rutinas tu cerebro descansa. Para hacer las acciones de trabajo el cerebro gasta más energía y por ello prioriza las acciones habituales, por eso prefieres abrir el correo electrónico en vez de abordar esa nueva tarea que te ha caído esta mañana. Para convertir una acción en habitual basta con repetirla el suficiente número de veces.
3.- Para cambiar un hábito que no te funciona (por ejemplo fumar o elevar la voz cuando estamos irritados en la oficina) debes estar previamente convencido de que puedes cambiarlo, después, en los momentos en que realizas ese hábito, sustituirlo por la nueva acción que quieres asentar y que piensas que te produce bien, haciendo esto tantas veces como necesites hasta volver a sentir satisfacción pero ahora realizando la nueva actividad.
Con esto claro nos ponemos a seguir los siguientes pasos:
Con lo anterior como base empezamos la técnica de 6 pasos:
Imagen: Jeff Bezos, visionario y emprendedor, fundador de Amazon, propietario de The Washington Post y considerado como uno de los líderes más influyentes por medios como Time o Fortune.
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