En todas las situaciones de la vida, hay siempre perspectivas diferentes de análisis. Hay quien se fije apenas en el problema y vea el vaso medio vacío o totalmente vacío y hay quien procure otras formas de ver el mismo vaso, medio lleno o mismo lleno de otras cosas diferentes.
Buenas o malas, todas esas cosas, dependen de la percepción de cada persona y de la forma como entiende enfrentar ese monstruo que es el MIEDO, el principal adversario que existe en el cerebro y en la mente de cada uno de nosotros.
Personalmente, prefiero encarar la “crisis” como un gran desafío y una oportunidad. Tal vez, por gustar mucho del futbol, entiendo que los desafíos, tal como las finales, existen para ser ganados.
Gran desafío, porque nunca antes vimos algo semejante del punto de vista social a tan grande escala, tal como nunca el concepto de globalización fue tan fácil de entender como ahora. El desafío es grande, implica dominar ese sentimiento primario, el MIEDO y actuar en conformidad, en solidaridad y con racionalidad por encima de todo.
Oportunidad, porque será esta tal vez, la forma de estrechar las relaciones en un núcleo de proximidad afectiva con aquellos que hacen parte del motivo de nuestra existencia y quien sabe si no será está una oportunidad del ser humano reconciliarse consigo mismo, reflexionando sobre las prioridades de la vida, la impermanencia de las cosas y su volatilidad.
Creo que las emociones serán extremas, veremos lo peor y lo mejor del ser humano, pero como referí anteriormente, todo dependerá de la forma como cada uno de nosotros quiera ver su vaso.
El tiempo es de concienciación, reflexión y acción, sin duda que muchas cosas cambiarán en la vida de todos, sea al nivel que sea, unos más y otros menos, pero nada será como antes y creo que dependerá de cada uno decidir el nuevo “vaso” que quiere.