El branding de una marca no es un mero logotipo con una tipografía moderna y un packaging bonito. Detrás de cada marca hay un alma, una historia que marcará el camino al tan ansiado éxito o por el contrario al fracaso.
Son muchas las marcas que se plantean un lavado de imagen debido a las nuevas tendencias, cambios de la sociedad o la evolución de su negocio. El objetivo es provocar un cambio más positivo en la mente del consumidor. Pero no debemos obviar que un rebranding es un proceso complejo que debe ir directamente asociado a un cambio de estrategia empresarial.
Caer en el error de un cambio de imagen, pasando por alto unas fases clave para el desarrollo de la marca, puede inducir al efecto contrario y perjudicar totalmente a tu reputación.
Se dice que el branding es lo que dicen de ti cuando no estás en la habitación y querrás que hablen bien. Un rebranding no cambiará quién fuiste, esto es una falsa creencia, la esencia quedará, pero tendrás un enfoque más adecuado y atractivo de cara a tus clientes.
Te indicamos las claves para lograr un gran rebranding que impacte y llegue de forma favorable a tus clientes:
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