Las redes sociales abrieron un nuevo mundo para las marcas que multiplicaron sus apariciones publicitarias. Sin embargo y ante este paradigma, se ha creado una necesidad cada vez mayor de diferenciarse para tener valor frente a la competencia.
¿Cómo podemos diferenciar nuestra marca?
La respuesta corta es apelando a los sentimientos y emociones de la audiencia. Pero en este artículo te daremos una respuesta un poco más larga.
Se estima que alrededor de 5000 millones de personas estarán conectadas en 2020 y que las historias en redes sociales tienen el poder de influir en más del 60% de esas personas. Son aquellas historias que apelan a emociones las que nos permiten diferenciarnos y llegar a ese 60%.
Los valores por los que se identifica a una marca cobran especial importancia y se han convertido en un rasgo diferenciador y determinante para liderar el mercado. Centrarse en el por qué de la marca y no tanto en el qué es la tendencia. Como ya os explicábamos en otro de nuestros posts sobre la teoría del círculo de oro.
Esta corriente, aunque en alza, aún no se ha explotado ni incentivado por muchas marcas que siguen produciendo contenido sin valor y que provocan un aumento de la resistencia de la audiencia frente a la marca.
Contar historias de nuestra marca
Dentro del marketing, el arte de contar historias recibe el nombre de Storytelling. Una técnica que sirve para crear relatos y aprovechar la atmósfera “mágica” que hagan que nuestra historia penetre en subconsciente de nuestra audiencia.
Las mejores herramientas para contar nuestros relatos nos las dan las redes sociales e internet. Es aquí donde encontramos el mejor canal para que nuestro mensaje llegue a buen puerto. La clave, que nuestro Storytelling sustente un mensaje que apoye nuestros valores creando personajes, entornos y situaciones que los encarnen.
Como mejor se entiende es visualizando. Por eso te dejamos unos ejemplos que demuestran que una historia que apele a las emociones es una gran forma de llegar a nuestra audiencia y de diferenciarnos.