Los inductores de valor en una operación de M&A

Cuando un empresario se propone tomar la decisión probablemente más importante de su vida profesional y personal como es la venta de su empresa, se enfrenta a un proceso en el que el Riesgo y la Rentabilidad convivirán con él durante un tiempo que, por lo normal, no va a ser corto y seguramente estará acompañado de muchas turbulencias emocionales para las que debe estar previamente preparado y resolver con la mayor objetividad posible.

Si bien es cierto que los procesos de M&A (Fusiones y Adquisiciones en su término abreviado anglosajón) requieren de una gran planificación y un componente estratégico para culminar con el mayor éxito posible la operación (no siempre el éxito recae en el precio de la venta sino en el valor que para la empresa y empresario requiere la operación), éste se puede aliviar siempre y cuando los inductores de valor de la operación estén claramente identificados.

Para ponernos en contexto y familiarizarnos con el término de Inductores de Valor, una definición válida sería aquellas actuaciones o variables que afectan de forma positiva o negativa en el valor de tu empresa como producto de las decisiones tomadas. Si nos vamos a lo puramente financiero, podemos hablar de indicadores de la operativa de negocio que obedecen a múltiples factores internos y externos de tu empresa, y que son el resultado, y así deben explicarlo, de la propia estrategia empresarial. Hablamos en este caso de indicadores como EBITDA, ROA, ROE, FCF, Rentabilidad exigida del inversor, etc. No debemos olvidar que un Inversor decide invertir en tu empresa porque ve una oportunidad clara de creación de valor.

En este post no vamos a hablar de estos indicadores, que son muy importantes en un proceso de valoración empresarial, sino de aquellos que tienen un gran impacto en el precio final de la operación y que, en muchos casos, se pasan por alto. Nos referimos a:

  • Gestión Financiera Consolidada: Un inversor financiero (diferente a un Inversor con perfil industrial, lo que da para hablar en otro post de ello) busca el mayor valor de su inversión intentando asumir el menor riesgo posible, puesto que no va a ser partícipe de la gestión empresarial. La falta de información financiera medible, estructurada y disponible es uno de los inductores de valor más importantes en un proceso de venta, llevando a mejorar la valoración empresarial en un 25% – 30% más de lo esperado. Existen casos donde, una vez cerrada la operación, los inversores reclaman una depreciación del precio pactado por encontrarse una situación en la que la información financiera no está bien construida ni es fácil de obtener desde el minuto 1.

 

  • El equipo directivo. Seguro que conocéis empresas donde las palabras “Delegar”, “Organización”, “Orden”, “Equipo Directivo” son demandadas por los empleados todos los días a la propiedad, pero cuestan por acabar de implantarse en su más amplia necesidad. Pese al riesgo de dimisiones que pueda existir por parte de empleados ante una fuga de información de la operación (miedo por despido), mantener al margen al equipo directivo en estas operaciones puede no generar la suficiente confianza a los Inversores de que las personas con potencial conocimiento de la empresa seguirán al mando de la misma para el cumplimiento de los objetivos pactados.

 

 

  • Modelo Financiero de tu empresa. No hay que olvidar que el Inversor viene a pagarte por tu empresa, no por la deuda financiera generada. Es por ello qué, una vez obtenido el valor pactado de la empresa, se debe descontar la Deuda Financiera Neta para la obtención del Precio Final de Venta. Si tu empresa está muy endeudada, deberías optimizar la estructura de Balance antes de comenzar el proceso de Venta.
  • Transparencia Bidireccional: A nadie nos gusta que nos engañen, y menos cuando hay tanto dinero en juego. No hay que decir por tanto que las “malas praxis” financieras están totalmente vetadas en un proceso de Inversión. Existe el caso real de una empresa que, tras la firma de la operación, los inversores comenzaron a ver ciertas irregularidades realizadas en la contabilidad previa a la firma de la venta, lo que les llevó a abrir un proceso de investigación por “posible fraude” que finalmente resolvieron obligando al vendedor, todavía socio de la empresa, a realizar una ampliación de capital para resarcir la realidad de la mercantil. Obviamente, ¿qué pensáis que fue lo peor tras esto? La relación accionarial sufrió mucho, y la empresa también.

 

  • Identificación de los Riesgos: Si hay algo que para los Inversores Financieros tiene especial valor, es hacerles saber que los riesgos a los que se puede enfrentar, antes de que ellos se paren a identificarlos, tu ya los tienes analizados e inclusive planteado alternativas. Es un punto de gran valor, más si no sólo queda reflejado en el papel sino también si es demostrable. Un ejemplo de ello es tener líneas de financiación no disponibles y sin coste de no disponibilidad previamente negociadas ante cualquier riesgo de caída de liquidez. La tranquilidad que tiene un inversor de evitarse tener que realizar desembolsos iniciales ante problemas de liquidez imprevistas es un punto muy valorable.

 

Famosa cita la que dice “El sentido común es el menos común de los sentidos”, y efectivamente, existen muchos inductores de valor de sentido común que no se para en ellos antes de iniciar un proceso de venta.  Todo pasa por una planificación medida y el apoyo de expertos en operaciones de M&A que permitan poner en modo visible el Valor Potencial de tu empresa, con el objetivo de que el tiempo dedicado sea a la vez de corto, el más rentable.

Desde Capazita ofrecemos apoyo en la planificación de operaciones de M&A para ayudarte a minimizar el riego y maximizar el valor potencial de tu empresa. Si estas pensando en afrontar una operación tan relevante como esta, contacta con nuestro equipo.