Las actividades de No Valor Añadido (NVA) son inútiles y nocivas. Por eso, debemos eliminarlas sistemáticamente. En este artículo, el primero de tres, vamos a determinar qué debemos hacer con cada actividad según su valor.
Una actividad es todo aquello que consume recursos. Los recursos consumidos pueden ser tangibles (materiales, tiempo, dinero) e intangibles (ánimo, esfuerzo, ilusión).
Valor es aquello que alguien aprecia. En actividades económicas nos referimos al valor como “lo que alguien está dispuesto a pagar” por tu producto. Ese alguien sería el cliente. Si el Cliente no lo paga, es porque no lo aprecia, no le da valor.
Identificar el valor de las actividades es el primer principio de Lean. Si no sabemos cuál es, no sabremos hacía dónde vamos y podemos acabar en cualquier lugar.
Una vez hemos identificado el valor de cada actividad, podemos clasificar las actividades como VA (de Valor Añadido), NVA (de No Valor Añadido) y NVAN (de No Valor Añadido, pero Necesaria). El siguiente paso es decidir qué hacemos con cada una de ellas.
Las actividades de NVA también se denominan pérdidas, desperdicios, waste o muda. Las cuatro palabras, en castellano, inglés y japonés, son habituales y ninguna nos suena cursi. A continuación, os detallo las siete pérdidas clásicas, según mi propia clasificación y descripción muy simplificada, pero fácil de recordar:
Actividades de Movimiento sin Sentido
Actividades de Producción Sin Sentido
Actividades de Producción Sin Calidad
Estas son las siete pérdidas clásicas. Pero me gustaría añadir otras dos pérdidas que no consigo colocar entre las clásicas y que emanan de los principios de Lean:
Actividades de Personas Sin Potenciar
Las siete pérdidas clásicas se fijan en el resultado, focalizado en el objeto, centrados en el presente. Las dos “extras” se fijan en el camino que se recorre, convirtiendo a las personas en los protagonistas y artífices de la mejora continua.
Todas ellas repercuten en el coste y, por tanto, en la rentabilidad. En el artículo siguiente, el dos, trataremos su eliminación. En el tres discutiremos cuál de ellas es la más trascendental y, por consiguiente, en cuál recomiendo centrarse.
Mientras tanto, desde Capazita, os animamos a que reflexionéis sobre qué actividades realizáis en vuestra empresa y las clasifiquéis según su valor.
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