Las máquinas automáticas para pagar en comercios también se inspiran en la metodología LEAN. Aunque este tipo de tecnología es muy habitual en otros países de Europa, en España se ha comenzado a utilizar hace -relativamente- poco. Esta foto se hizo hace dos semanas en la cafetería de la Estación de AVE en Albacete.
La máquina está conectada al ordenador de caja y cuando el responsable en el comercio cierra la venta, los clientes solo tienen que acercarse a la máquina, realizar el pago (ya sea en efectivo o con tarjeta) y la máquina se encarga de devolver el cambio y entregar el ticket.
El proceso de pago en una transacción puede identificarse como una actividad de no valor añadido puesto que consume recursos (tiempo, esfuerzo y concentración) de los trabajadores encargados en la tarea. Con el apoyo de esta maquinaria, el trabajador puede emplear sus recursos a otras tareas que den valor.
Al eliminar al trabajador del proceso de pago, el cliente se queda únicamente con los aspectos positivos del proceso de compra (el producto adquirido, el trato recibido por el vendedor, etc). Podría decirse que desvinculamos a la persona vendedora de la búsqueda del beneficio económico.
En este ejemplo también identificamos LEAN en el aumento de la seguridad debido a que existe una probabilidad inferior de que se produzcan errores al devolver el cambio a los clientes. Además, se dificulta el hurto puesto que la máquina actúa como una caja fuerte.
Como vemos, la cultura LEAN se implanta cada día un poco más en nuestra vida diaria.
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