En la mayoría de las empresas, los costes de adquisición y/o producción suponen alrededor del 70% de los ingresos, variando según el sector y la industria. Esto supone que gran parte de los beneficios estén condicionados por el nivel de gasto en la empresa.
Conviene reflexionar sobre esta parte tan relevante de la empresa. ¿Conocemos al detalle los contratos o convenios alcanzados con cada uno de los proveedores? ¿Sabemos que proveedores y/o categorías de producto nos generan mayor retorno? ¿Somos conscientes de cuál es el volumen de compras de nuestra empresa? ¿Se están gestionando de forma adecuada cada partida de gasto? ¿Se vinculan a su categoría de gasto correspondiente?
Las empresas, especialmente las pymes, tienen dos objetivos que en ocasiones pueden confrontar. Por un lado, existe la necesidad de crecimiento e innovación. Por otro lado, se debe garantizar la eficiencia de los procesos y el control del gasto. Para poder asegurar la consecución de ambos objetivos, la empresa debe realizar una adecuada gestión de sus recursos.
En primer lugar, debemos realizar una evaluación de nuestros proveedores actuales y de las oportunidades de cambio de proveedor. En muchas ocasiones, las empresas mantienen relaciones comerciales con sus proveedores durante muchos años sin plantearse si esa relación está generando valor dentro de la cadena de suministro.
En segundo lugar, tenemos que realizar un análisis exhaustivo de nuestra cadena de suministro. Debemos buscar fallos e ineficiencias y definir una estrategia de aprovisionamiento adecuada y óptima, definiendo procesos y parámetros de compra que permitan llevar a cabo un aprovisionamiento eficiente (sin defectos – gestión proactiva), y acciones eficaces de control de stock (mitigar excesos – gestión reactiva, principalmente en Sector distribución) que reduzcan el riesgo de liquidez que provoca la famosa partida de existencias.
Finalmente, para poder gestionar el gasto de forma eficiente, es necesario implantar una cultura del gasto inteligente. Los responsables de compra siempre deberán realizar un ejercicio de investigación para encontrar los proveedores y recursos que más se adapten a nuestras necesidades y menor gasto nos ocasionen.
Resulta imprescindible pasar de la cultura de “reducción de costes” a la cultura de “gestión del gasto” para garantizar que estamos aportando valor a la empresa desde esta área de gestión.
Por tanto, para garantizar la adecuada gestión del gasto, deberemos analizar y optimizar las relaciones con proveedores, definir una estrategia de aprovisionamiento eficiente e implantar una cultura del gasto más inteligente.
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